Actualmente, la presencia de la educación emocional en el aula tiene una importancia primordial. Este tipo de educación consiste en potenciar el desarrollo de
competencias emocionales de la persona, con la finalidad de aumentar el bienestar
personal y social.
Educar en el ámbito de la Educación
emocional no es fácil, siendo a través de la tutoría desde donde se puede realizar
esta educación. De los cuatro pilares de la
educación: conocer, saber hacer, convivir y ser, son estos dos últimos los más
implicados en la educación emocional.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
El carácter fundamental de la Educación Emocional viene dado por su finalidad para prevenir los efectos nocivos que tienen las emociones negativas (ira, miedo, tristeza...) y desarrollar las emociones positivas (alegría, humos, amor, felicidad...)
Además, este tipo de educación hace que aumente el respeto, una mayor motivación por el aprendizaje, mayor tranquilidad y seguridad, mayor control del estrés… y se acepta mejor la frustración, disminuye el consumo de drogas, violencia y agresiones.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Se trata de un conjunto de conocimientos, capacidades y habilidades necesarias para comprender y expresar los fenómenos emocionales.
Consta de competencias emocionales, que son las siguientes:
- Conciencia emocional: Consiste en conocer las emociones de uno mismo y de los demás. Se consigue a través de la reflexión, análisis de uno mismo y la observación del comportamiento de los demás.
- Regulación de las emociones: Consiste en la capacidad para manejar emociones apropiadamente. Debemos saber que los estados emocionales inciden en el comportamiento. Se lleva a cabo a través del diálogo con uno mismo y el control del estrés, además de tener en cuenta la relación entre emoción, cognición y comportamiento, enfrentar las emociones negativas...
- Autonomía emocional: Consiste en pensar, sentir y tomar decisiones por uno mismo. Se desarrolla a través de la autoestima, automotivación, actitud positiva, responsabilidad y resiliencia (resistencia-elasticidad).
- Competencia social o habilidades socio-emocionales: Consiste en un conjunto de competencia que facilitan las relaciones entre personas y mantener buenas relaciones. Se debe aprender a escuchar y desarrollar la empatía, generando un clima social favorable.
- Habilidades de vida y bienestar: Consiste en tener habilidades para resolver adecuadamente los problemas que surjan. Existen programas para poder conseguir las habilidades necesarias para controlar los problemas.
Por tanto, es necesario que los centros educativos lleven a cabo una educación en emociones para conseguir un clima social favorable y promover que las generaciones venideras sigan unos valores de convivencia necesarios para mejorar nuestra sociedad. El futuro de la sociedad está en manos de nuestros maestros.
En la próxima entrada publicaremos una serie de actividades para desarrollar la inteligencia emocional en el aula de infantil. ¡Hasta la próxima!
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