En la última entrada publicamos la importancia de educar las emociones de los más pequeños. Para llevarlo a la práctica existen multitud de actividades con las que poder desarrollar la inteligencia emocional. Os queremos proponer algunas que consideramos interesantes, con las que podréis trabajar con los niños, para edades de 4 años en adelante.
Actividad 1: Nuestro mural.
Esta actividad consiste en la elaboración de un mural, en el cual se les mostrará a los niños una serie de emociones básicas (alegría, tristeza, asco, sorpresa, enfado, miedo y vergüenza). Los niños deberán marcar con la huella de su dedo el color con el que identifican cada emoción, así como escribir una frase en la que ellos sientan esa emoción y representar las expresiones faciales para cada uno de ellos.Por ejemplo: Poner la huella de azul en tristeza, escribir debajo "cuando me quitan los juguetes" y reflejar en su rostro la tristeza. Los materiales que se utilizarán para llevar a cabo esta actividad únicamente serán pinturas de dedos de diversos colores, un lápiz y papel continuo.
Actividad 2: El emocionómetro.
En esta actividad los niños cogerán trocitos de cartulina y pegarán su foto y está a su vez en el palo de helado, construyendo así su identificación para poder comenzar con la actividad. Se guardarán todas juntas en un mismo espacio. Además, en la pared se colgará distintos espacios, bolsas, en las cuales se distinguirán por diversas emociones (alegría, tristeza, asco, sorpresa, enfado, miedo y vergüenza). Cada día, ya sea al entrar, al salir o durante el recreo, la profesora preguntará a los niños: ¿Cómo me siento hoy? y cada niño cogerá su identificación y la colocará en la bolsa que contenga la emoción que el niño siente en ese momento. Este tipo de actividad puede durar todo el curso, ya que plantea la rutina de que los niños sepan como se sienten cada día. Los materiales que se utilizarán son: los palos de helado, una fotografía por niño, cartulinas y bolsas de colores.
Actividad 3: Poniendo caras.
En esta actividad los niños tienen que ir componiendo distintas emociones sobre la base de una cara. Para ello se necesitarán materiales como cartulinas de distintos colores, fieltro o goma Eva; con los que se recortaran distintos ojos, cejas y bocas. Primero se recortará de la cartulina una base circular que nos servirá de cara y diferentes ojos, bocas y cejas; que les colocaremos adhesivos para poder pegarlos y quitarlos en la base de la cara. Con esta actividad se pretende que los niños observen los distintos movimientos en esas tres áreas de la cara que producen con distintas emociones y ser capaces de reconocerlas.
Actividad 4: Transmitir emociones mediante los cuentos.
Mediante la utilización de diferentes cuentos, ya sean tradicionales o inventados por nosotros, preguntaremos a los niños sobre algunas de las situaciones que se producen en el mismo, Por ejemplo: ¿Qué relaciones se establecen entre los personajes del cuento? ¿Cuál es su estado de ánimo? ¿Qué motiva este estado de ánimo? ¿Por qué crees que se siente así? ¿Tú cómo te hubieras sentido?
Existen muchas más actividades con las que podemos trabajar el concepto de las emociones, teniendo en cuenta que todas ellas deben crear un clima que invite a los niños a expresar sus emociones tanto las positivas como las negativas. Así, aprenderán a atender sus emociones y a enfrentarse a ellas en mejores condiciones. También, si trabajamos las emociones en la escuela y en casa puede ser una medida preventiva, pues ayudará al niño o niña a prevenir en su desarrollo posibles problemas emocionales.
Esperamos que os sirva de ayuda. ¡Hasta la próxima!
Muy buena entrada, me parecen unas actividades muy originales y educativas sobre la educación emocional, ya que es un tema muy importante tanto dentro del aula como fuera. ¡Muy buen trabajo!
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